Los invito a que lean una de las poesías más maravillosas que el ingenio humano ha sido capaz de concebir, sin exagerar. No olvidar que fueron los mismos poetas los primeros en comenzar a contar la historia del hombre. En ese sentido, la poesía que subyase - de la incomparable Alfonsina Storni - es poderosamente superior a tanto esfuerzo al respecto por resumir la esencia nacional argentina. Ni raza, ni credo, ni política, ni estrato... ¡Simplemente poesía!
Una amiga de mi querido pueblo, hace tiempo, me leyó estos versos maravillosos, profundamente emocionada.
El tiempo pasó, mas vaya uno a saber por qué, la poesía quedó en mí. He buscado esta poesía por cielo y por mar sin saber siquiera su título, hasta que al fin pude hallarla (hace poco). Considerando que en internet no se subscriben estos versos y que quizás yo no sea el único que los busque, los pongo a disposición de todo aquel que, como yo, los requiera para el menudo y grandioso procedimiento de conocerse así mismo.
Una amiga de mi querido pueblo, hace tiempo, me leyó estos versos maravillosos, profundamente emocionada.
El tiempo pasó, mas vaya uno a saber por qué, la poesía quedó en mí. He buscado esta poesía por cielo y por mar sin saber siquiera su título, hasta que al fin pude hallarla (hace poco). Considerando que en internet no se subscriben estos versos y que quizás yo no sea el único que los busque, los pongo a disposición de todo aquel que, como yo, los requiera para el menudo y grandioso procedimiento de conocerse así mismo.
Retrato de un muchacho que se llamaba Sigfrido
Tu nombre suena
como los cuernos de caza
despertando las selvas vírgenes.
Y tu nariz aleteante,
triángulo de cera vibrátil,
es la avanzada
de tu beso joven.
Tu piel morena
rezuma
cantos bárbaros.
Pero tu mirada de aguilucho,
abridora simultánea
de siete caminos,
es latina.
como los cuernos de caza
despertando las selvas vírgenes.
Y tu nariz aleteante,
triángulo de cera vibrátil,
es la avanzada
de tu beso joven.
Tu piel morena
rezuma
cantos bárbaros.
Pero tu mirada de aguilucho,
abridora simultánea
de siete caminos,
es latina.
Y tu voz,
untada de la humedad del Plata,
ya es criolla.
Te curva las arterias
el agua del Rhin.
El tango
te desarticula
la voluntad.
Y el charlestón
te esculpe
el cuerpo.
Tus manos,
heridas de intrincados caminos,
son la historia
de una raza
de amadores.
En tu labio
de sangre huyente
el grito de las walkirias
se estremece todavía.
Tu cuello es un pedúnculo
quebrado por tus sueños.
De tu pequeña cabeza
fina
emergen ciudades heroicas.
No he visto tu corazón:
debe abrirse
en largos pétalos
grises.
He visto tu alma:
lágrima
ensanchada en mar azul:
al evaporarse
el infinito se puebla
de lentas colinas malva.
Tus piernas
no son las columnas
del canto salomónico:
suavemente se arquean
bajo la cadena de hombres
que te precedió.
Tienes un deseo: morir.
Y una esperanza: no morir.
untada de la humedad del Plata,
ya es criolla.
Te curva las arterias
el agua del Rhin.
El tango
te desarticula
la voluntad.
Y el charlestón
te esculpe
el cuerpo.
Tus manos,
heridas de intrincados caminos,
son la historia
de una raza
de amadores.
En tu labio
de sangre huyente
el grito de las walkirias
se estremece todavía.
Tu cuello es un pedúnculo
quebrado por tus sueños.
De tu pequeña cabeza
fina
emergen ciudades heroicas.
No he visto tu corazón:
debe abrirse
en largos pétalos
grises.
He visto tu alma:
lágrima
ensanchada en mar azul:
al evaporarse
el infinito se puebla
de lentas colinas malva.
Tus piernas
no son las columnas
del canto salomónico:
suavemente se arquean
bajo la cadena de hombres
que te precedió.
Tienes un deseo: morir.
Y una esperanza: no morir.
ALFONSINA STORNI
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1 comentario:
gracias! muy hermoso, lo estaba buscando
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